Dos jóvenes nos relatan como fue su minicampamento
de día y medio en el soleado club Las Retamas
FORTALEZA PARA LA JUVENTUD EN EL RETAMAS CLUB
Por Karen Jimenez Cardozo
Presidenta Clase Laureles
Aun somnolientos nos reunimos a las 7 de la mañana el viernes 11 de agosto todos los líderes y jóvenes del barrio en la capilla. Estábamos ansiosos de partir rumbo al acantonamiento. Llegamos al club Retamas con los ánimos al tope y cantando al contagiante ritmo del reggaeton que sonaba a todo full en nuestra combi. Ingresamos y nos separamos por clases para armar nuestras carpas (todo un desafío para las Laureles…Abú L….fuimos las últimas en acabar).
Luego del devocional disfrutamos de la piscina (que por cierto tenia el agua muy caliente ¿no laura?) Luego almorzamos y la comida estuvo muy rica, por cierto. Tras un reposo tuvimos una clase a cargo del hermano Carlos Vilchez sobre las “Bendiciones y el Poder del Sacerdocio”.
Entonces llegó el momento de la tarde de talentos. Cada carpa preparó un himno y una dramatización sobre un principio de “La Fortaleza de la Juventud”. Se presentaron temas como las salidas con jóvenes del sexo opuesto y santificar el día de reposo.
Esta fue la ocasión para el super debut teatral de las Laureles, con la presentación estelar de Yusselin como Yusselon, ups, perdón, diré Kevin (hizo de hombrecito) y de Laura en el papel de la niña miembro confundida por las proposiciones incorrectas de su enamorado no miembro llamado Kevin. Katty en el personaje de la amiga “mala” la de los malos consejos y Karen, o sea yo, como la amiga buena, buena, buena, que solo sabia dar sabias palabras y hacía recordar los principios de la Iglesia (En realidad tuve que representarme a mi misma, je je. Esa es la ventaja de ser la autora de este texto)
Ya de noche entre risas y bromas de los chicos pudimos rescatar las enseñanzas. Nos preparamos para cenar y luego de ello nos reunimos alrededor de una fogata junto a los Hombres Jóvenes y con nuestros respectivos líderes. Fue el momento del acantonamiento en el que cada joven se pudo edificar y sentir el Espíritu.
Al estar alejados de los ruidos del mundo y poder observar un cielo infinito repleto de estrellas, pudimos ganar un testimonio de la creación, la existencia y amor de nuestro Padre Celestial. Cada joven dio su testimonio y de cada uno aprendimos algo y nos fortalecimos.
UNA INOLVIDABLE NOCHE DE FOGATA
Por Rolando Albujar Gonzales
Presbitero
El acantonamiento llegó, cuando parecía que ya no podríamos salir. A las 7:30 todos los jóvenes estaban listos para comenzar el viaje. Las fotos previas a la partida se prestaban para "prófeticos" comentarios: "la última foto" o "la foto antes de la tragedia", decian algunos optimistas. Igual, a pesar de esos buenos augurios partimos rumbo a Las Retamas.
El viaje fue mas corto de lo esperado, cuando la combi paro pense que, como toda combi, se habia malogrado, pero no, ya habiamos llegado. Dentro del club iniciamos el armado de carpas por quorumes y por primera vez en la historia de los acantonamientos de barrio, los maestros y presbiteros pudieron armar una carpa por si solos. Las Laureles, fiel a su tradición, tardaron mas de la cuenta y las abejitas sorprendiendo a todos, terminaron primero. Si parecían abejitas colmeneras !que organización!.
Luego vino el protocolo y el devocional. El presidente de los Hombres Jóvenes, Rolando Albujar (mi homónimo) hizó una reseña histórica de los simbolos patrios y una escolta conformada por los presbiteros y abejitas del barrio mostraron una marcializadad sorprendente en la marcha. Terminada esta ceremonia se dio lectura al programa. Asi nos enteramos que el futbol no tocaba si no hasta el día siguiente. Noticia que, desde luego, no fue celebrada por los Hombres Jóvenes. Pero con la disciplina que nos caracteriza iniciamos las actividades.
Nos reunimos por quorumes y nos separamos para realizar nuestras metas del programa "Mi deber a Dios". Los presbiteros contamos historias personales y con dificultad memorizamos las oraciones sacramentales.
Luego hicimos una actividad de servicio que consistía en dejar limpio el lugar. Con el apoyo y trabajo de todos terminamos la actividad muy rápido.
Continuando con el programa toco la hora del rico chapuzón en la piscina. El agua esta helada pero igual nos divertimos mucho. Jugamos como una hora y luego de eso llegó la hora (felizmente) del almuerzo. Los jóvenes se cambiaron rápidamente y las largas colas detras de las ollas no se hicieron esperar.
Los prebisteros comieron juntos dando rienda suelta a sus instintos, destacando los hermanos César y David quienes dieron una clase de como se debe comer con agradecimiento. A su lado el resto eramos unos inapetentes.
Despúes del almuerzo, mientras las Mujeres Jóvenes estaban en la piscina nosotros nos las arreglamos para jugar un pequeño encuentro pelotero. Es importante dar cuenta de que el equipo de Carlos Vilchez y Carlos Albujar (es mi hermano, pero nose nada) no quisieron pagar lo acordado. Luego de ese incidente recibimos una capacitación a cargo del hermano Carlos Vílchez, en la que los presbiteros demostraron sus conocimientos (y humildad) y sus ganas de ser ejemplos.
La tarde de talentos fue lo siguiente. Los jóvenes demostraron sus capacidades histrionicas dramatizando los problemas que actualmente sufren, basando los argumentos en los principios enseñados en "La Fortaleza de la Juventud".
Al oscurecer llegó el momento de la fogata, una actividad que los líderes y jóvenes dificilmente olvidarán. El presidente comenzó con un testimonio muy sincero y luego dio el tiempo a la presidenta de las Mujeres Jóvenes, que hizo llorar a más de uno. Luego fue el turno de las Laureles quienes a través de sus testimonios trasmitieron sinceridad, valentía y seguridad. Entonces llegó el momento para los Presbiteros, quienes contra todo pronóstico, rompieron a llorar casi masivamente, sacando amplia ventaja al resto de clases y quorumes. Bromas a parte fue un lindo momento, porque se sintió el Espíritu del Señor en todo su esplendor. Todos los jóvenes dieron sentidos testimonios, y expresaron su deseo de jamás olvidarse del Señor y su Iglesia.
Terminada esta significativa reunión nos fuimos a dormir. Se discutieron el orden de las guardias y a mi grupo (los Presbiteros) le tocó el turno de las 4 de la mañana. En esta parte del relato debemos destacar la imaginación de Carlos Vílchez a quien cualquier ruido de pato silvestre lo ponia en alerta roja, deseando más que nunca que llegué la hora del desayuno. De todos modos hicimos un "peinado" de la zona tomando en cuenta los amenazantes peligros que puede esconder un club privado.
Cumplido nuestro deber se despertó a todos los jóvenes para la clase de seminario. Aprendimos sobre el propósito del estudio de las Escrituras. Todos salimos con el deseo de recordar siempre ese principio.
Luego tomamos el desayuno, momento en el que se registraron algunas escaramuzas por unos panes, los que se solucionaron rápidamente gracias a nuestro espíritu pacífico y concertador. Comiditos y con energías empezamos una minicaminata. Fue tan pequeña que la energía nos sobró. La misma que supimos derrochar al regreso cuando por fin llegó el momento oficial del futbol. Fue un buen partido, bien jugado.
Finalmente era el momento de partir. Las carpas se desarmaron muy rápido y ante la demora de nuestra combi empezamos a cantar. Cuando por fin llegó e ibamos rumbo a casa nadie cantaba, ni hablabá, ni bromeaba con el destino. El cansansio y la satisfacción nos sumió en el más profundo sueño. Al punto que nadie recuerda como fue el regreso de una de las mejores actividades que tuvimos este año.
1 comentario:
lol ¡¡¡
Andres..xD
Publicar un comentario