viernes, agosto 11, 2006

GORDON B. HINCKLEY PRESIDIRA CONFERENCIA DE ESTACA

Este domingo a través del satélite el Profeta presidirá en simultaneo las conferencias de varias estacas del país.

La primera vez que estuve cerca del presidente Gordón B. Hinckley lo vi a través de una pantalla. El no estaba a más de veinte metros pero lo escuchaba y observaba a través de un monitor de TV. Los rostros de gente conocida que le rodeaban acentuaban la sensación de proximidad. Tenía 10 u 11 años y a mi lado recuerdo a mi madre. Gordón B. Hinckley, en esa época consejero de la Primera Presidencia, comentaba asombrado la juventud de la directora del coro que hacía instantes había interpretado El Espíritu de Dios, según mi recuerdo, como un canto de ángeles.
Aquella jovencita, era la hermana Teresa Bobbio (hoy de Vílchez), y el acontecimiento era parte de la sesión dedicatoria del Templo de Lima Perú. Lo que describo someramente es parte de los recuerdos fugaces que conservo de aquel día. Lo que me sobrevive con mayor claridad es la emoción de estar en ese lugar santo del que había escuchado en las noches de hogar y por el que se había esperado tanto (es imborrable la alegría de mi madre). Respecto a Hinckley, confieso que a penas lo conocía, o al menos ese es mi recuerdo. Para mí quien importaba en aquella época era el profeta. Hay que comprender que apenas era un niño.
Más tarde cuando ya era un misionero, me tocó asistir a una conferencia privada con Gordon B. Hinckley, entonces ya presidente de la Iglesia. A estas alturas ya apreciaba más a los apóstoles y consejeros de la primera presidencia que cuando niño. Había escuchado a más de uno en conferencias y había podido confirmar mi fe a través de sus palabras. Pero el hecho de estar tan cerca de una reunión en la que por primera vez en mi vida consciente, y sin pantallas de por medio, estaría viendo y escuchando a un Profeta de Dios, me tenía sumamente emocionado.
Al canto de Te damos Señor nuestras Gracias, el presidente Hinckley hizo su ingreso al salón donde nos encontrábamos. Los sentimientos de aquel momento son muy personales, solo diré que aquella reunión colmó inmensamente mis expectativas. El profeta dio un mensaje muy sencillo, que en resumen decía “trabajen duro y sean felices”, palabras de una composición bastante elemental, pero que dichas en aquella ocasión fueron inmensamente motivadoras. Hoy, cada vez que las cosas pintan muy mal, se que por ahí esta la salida, entre los muchos otros consejos que hemos recibido del Señor a través de sus siervos.
Este domingo es la conferencia de nuestra Estaca. El cartel anuncia que la misma será presidida por el presidente Gordon B. Hinckley. Algunos amigos me han preguntado si vendrá realmente y les he aclarado que presidirá la reunión a través del satélite. Esta es una novedad. A partir de este año una de las dos conferencias anuales será presidida por una autoridad general a través de ese sistema. Hoy nos toca que el profeta nos dirija la palabra. Es una ocasión especial. Habrá una pantalla de por medio y miles de kilómetros de distancia, pero podemos tener la seguridad que el consejo que recibiremos será el mensaje que Dios quiere trasmitirnos.
Estaremos atentos y le traeremos un informe de lo que aconteció.

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